domingo

Volviendo al folletín

A la manera folletinesca éste será, por decisión unilateral, un cuento por entregas. Las mismas serán semanales, pudiendo variar el ritmo (más o menos) de acuerdo a múltiples factores que ahora mismo sería muy largo detallar.
Ahi va, entonces, la primera:

Por Violeta Gorodischer

- Alto, flaco, morocho... no sé qué mas.
- ¿Pero morocho cómo?
- Y, morocho... Qué se yo...Es tan lindo, Marta.
- ¿Edad?
- Unos diecisiete, dieciocho...
- Ah, jovencito...
- Seguí, dale, haceme sentir una vieja.
- Bueno, no quise decir así, Delia, pero convengamos…diecisiete...
- ¿Qué? ¿Qué tiene? ¿No escuchaste esa canción de los diecisiete años ?
- Sí, claro. Qué canción hermosa, eh. Te llega al alma.
- ¿Y entonces por qué me criticás ?
- Y, no sé... es distinto... además la cantante se suicidó.
- Bueno, eso es un detalle, andá a saber en qué pensaba la pobre... Lo importante es que a ella también le pasó, de enamorarse de alguien más joven, digo, y debe ser por eso que me llega tanto la letra ¿no te parece?
- Qué se yo... no sé qué decirte.
- Nada, no me digas nada. Siempre la misma, vos.
- ...
- ¿Querés más té?
- No, gracias, tendría que irme, Tito me espera a cenar.
- Bueno andá, andá nomás.
- No te ofendés ¿no?
- Por favor, Marta. No soy una criatura que necesita compañía las veinticuatro horas. Vos andá tranquila, yo ahora ceno con Octavio y después leo un rato, ayer en la biblioteca encontré un libro hermoso, no te imaginás...
- ¿Cuál?
- Uno... se me fue el nombre ahora, pero es una belleza. Una historia bien romántica, viste, de esas que me gustan a mí.
- Mirá vos...
- Sí, sí. Estoy regia. Así que vos andá tranquila, yo estoy bárbara. Mejor, imposible.

¿Cuándo vas a venir? Ya no aguanto sin verte, estoy cada vez más nerviosa. Ay, chiquito, si supieras…Querido mío, no me serías tan indiferente, no pasarías así, como pasás todos los sábados, sin siquiera mirarme y saludándome de compromiso. Pero no importa, yo sé que tarde o temprano algo va a pasar. No sé qué ni cuándo, pero algo va a pasar, lo siento acá, en el pecho... Ay, la comida ya está, un minuto más y se pasaba. No tengo hambre, pero si no como nada Octavio va a preguntar...Mejor como algo y así no tengo que dar explicaciones ¿no te parece, mi amor?

- A ver, Octavio, corré la botella de vino. Ayudame un poco, querés. No, no, dejá el salero que esto tiene un montón de sal, ¿qué me ponés esa cara?... Bueno, hacé lo que quieras. Acá tenés. Después se te va el colesterol por las nubes y a mí no me vengas a decir nada, eh.(...) Mirá si serás caradura. Si cada vez que te pasa algo venís corriendo a buscarme. Si estás bien me tratás como a una esclava, eso seguro, pero apenas te pasa algo, venís corriendo: Delita esto, Delita lo otro...(...) No, claro, tenés razón, porque el susto que te agarró con lo de la próstata te lo aguantaste solo ¿no? No me despertabas todas las santas noches para contarme cómo te dolía ¿no? Sabés qué, Octavio, siempre querés tener razón, y yo estoy harta. Pero un día me voy a cansar, acordate lo que te digo (...) Sí, sí. Vos decí lo que quieras, pero cuando me canse, ahí te quiero ver.

Vení, acercate. Ahí está. ¿No querés que charlemos un ratito? Lo único que voy a pedirte es que bajes la voz, que hablemos así todo el tiempo, sabés, porque si no Octavio escucha todo y no quiero. Decime, ¿qué tengo qué hacer para que me mires? ¿Vestirme más provocativa? ¿Hacerte alguna insinuación? Yo sé que hay mucha diferencia de edad, pero ¿sabés qué? a mí los hombres todavía me dicen cosas, y qué cosas, no te imaginás... Pero bueno, tiempo al tiempo, yo sé que uno de estos días vas a pasar por acá y vas a decirme vos también todo eso que quiero escuchar pero sólo de vos, de tu boquita linda. Ahora te dejo, mi vida, que me suena el timbre.

- ¿Quién es?
- ...
- Sí, sí, un segundito, esperá que ya te abro.
- ...
- Hola.
- Hola, señora.
- No me digas más señora, por favor.
- ¿Y cómo le digo?
- Delia o Delita, cómo te guste...
- Delia, mejor.
- Bueno, como quieras.
- ...
- Decime.
- No, lo que le había comentado la semana pasada... ¿se acuerda?
- ...
- ¿No se acuerda, señora Delia?
- Delia solo mi vida. Y no, la verdad es que ahora ...
- Lo de la caña de pescar de su marido, que yo le había preguntado si podía prestármela este fin de semana y usted me dijo que sí...
- ¿Qué yo te dije que sí ? La verdad es que no me acuerdo...
- ...
- Bueno, bueno, cambiéme esa carita que algo vamos a hacer al respecto. ¿No querés un tecito o alguna otra cosa?
- No, gracias señora. Perdón, Delia.
- Ahí está, eso está mejor. Mirá, vamos a hacer algo. ¿Por qué no te pasás a la noche y hablamos más tranquilos?
- ¿Le parece?
- Sí, claro. Vos pasate tipo diez que yo veo si convenzo a mi marido, pero no te aseguro nada, eh.
- Bueno. Yo después paso. Hasta luego.

Continuará...

9 comentarios:

Unknown dijo...

... a que es Flavia Palmiero!

Unknown dijo...

...o Delita Palmiero, la come bb´s...

Anónimo dijo...

pero si flavia se comia a un dinosaurio!!!
en la farandula: graciela alfano

ojala el mundo sea una tribu-loca de gracielas alfanos!!!!

Anónimo dijo...

Cuanto suspense!!!!!!!!Odio eso de los folletines, la intriga contenida hasta la próxima entrega!

Sonia Budassi dijo...

Funes, ¿como adivinaste? Ah ya sé: mucho Puig encima...¿no?

Anónimo dijo...

Camile,por favor,contestame una duda fundamental para entender tu comment: ¿sos travesti?

Anónimo dijo...

Violeta: mi género no tiene nada que ver con que me haya gustado esa cosa como de intriga, ese ritmo como de que una quiere seguir leyendo, que se come las uñas, que no aguanta más que tiene ese folletin, o cosa por entregas que hiciste. Tu pregunta me parece un poquito desfachatada.

Anónimo dijo...

No, no te ofendas! era más bien curiosidad...desfachatada es un adjetivo muy acorde, sí, sí. No hubo malicia, pero si te ofende, de aquí en más, mis preguntas hacia vos sólo serán de índole literaria (me interesa mucho tu opinión). Lejos estoy de querer incomodarte, Camile...Es más, la próxima entrega (si Tamarisco se copa) la haremos en base a tu pedido.

Anónimo dijo...

Creo que Camile podría intervenir en esta historia