martes

Pasión de multitudes, de elites y de mimosos de clase media

Los árabes a veces tienen camellos y los camellos comen pasto pixelado cuando los árabes pierden sus partidos. Alguien dijo que comprar una tele de plasma aumenta las posibilidades de incurrir en estafas amorosas y mientras tanto las familias comen maní y el joven futbolista famoso piensa en su familia pero no por mucho tiempo. Hay reuniones y reuniones frente a la tele y las que yo presencio porque ocurren en mi casa me hacen sentir más cómodo. No tiene sentido viajar ni tiene sentido enterarse de los resultados a las once de la noche. Ella a veces cocina pero hoy discute con la cuñada de un amigo que piensa que los equipos de religión musulmana deberían tener directores técnicos que al menos usen bigote. El joven futbolista juega al playstation y siempre elige el auto rojo mientras piensa en las tijeras de su peluquero africano. Hay amigos que se empecinan en adivinar y otros que se emborrachan con la espuma tibia del pragmatismo. Las tradiciones son más importantes que lo que uno cree y una radiografía mal sacada puede volverte inteligente por más que él considere que las últimas vacaciones fueron el inicio de algo. Alguien descorcha y los árabes lloran. No pienso hablar de los equipos africanos ni de esa pareja que no nos llamó más por pura cábala. Ahora vos festejás y yo tengo ganas de abrazarte antes de que te transformes en serpentina o en algo peor. Tu abuela siempre se limpia la boca con servilletas de papel y no está dispuesta a perdonar a nadie. Las familias se ponen a dieta y los amigos sufren hasta el último minuto. El médico nunca va a venir porque si viene vos vas a ser sarcástica. El joven futbolista ríe en la conferencia de prensa y a las reporteras guarras les transpiran los dedos del pie. Las musulmanas usan velos y ella usa una bufanda tejida que le regaló un pariente pobre. Nadie cuelga teles de plasma en las mezquitas y sin embargo tus comentarios pueden sofocar a cualquiera por más que no escuche nada. El peluquero africano tiene amantes ricos y otros no tanto. Los juegos de playstation vienen fallados y los auspiciantes se enojan con las mesas de ping pong que hay en el hotel donde concentra tu equipo. Las parejas no pueden llamar al delivery porque la tinta de sus revistas porno está borrosa. Mis amigos gozan mi imperio de yeso y tu cuñada pregunta por qué los bebés no van al estadio. La enfermedad tampoco viene porque nunca le gustaron las reuniones con snacks.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

yo puedo hacer la danza del vientre...

Anónimo dijo...

Supongo que es para entendidos, que esta escrito en en clave, entretenida, pero clave al fin. ¿messi sería uno de los personajes?

Anónimo dijo...

Creo que me emocioné.

Anónimo dijo...

Nadie me cree pero el primer mundial se jugó en la Atlántida. Entonces, Burkina Fasso fue un gran rival. Los jugadores tenían menos de 15, y los bebés (los noús)obvio que podían entrar a la cancha.

Unknown dijo...

La hermética prosa de Vanoli, podría intitularse mi próxima reseña...

Unknown dijo...

...aunque de hermética, no tiene nada...

Anónimo dijo...

Los tiempos. Nada es lo mismo si el snack es a las diez de la mañana o a las cuatro cuarentaicinco de la tarde. Los espacios. Nada es lo mismo si el televisor está en la pieza de una adolescente de cama sudada o en el migitorio de un viejo. Como odio a los viejos. Creo que todos nuestros problemas son por los viejos. Sus pelos blancamente estupidos y su pretención de experiencia, más ridicula todavía que sus pelos. Las estéticas. Nada es lo mismo si lo veo yo con mi acondicionador cerebral descompuesto hace años o esa nena rubia que me mira siempre que me bajo del colectivo en panamericana y marquez (tengo la intuición de que primero, me espera, segundo, quiero coger conmigo, tercero, es una chica de cama sudada). Los trascendentales. Nada es lo mismo si nos juntamos a editar un libro (con todos los lectores comprados por publicidades musicales de preteritos mundiales) o si finalmente. Argggg.

Unknown dijo...

...palabras sabias del runquinador...

Anónimo dijo...

A mi me patrocina Garbarino, pero si uds. quieren pueden hablar con Frávega o con Hiper Juan Rodó.
Por otra parte, los ringtones de mi intestino se están poniendo viejos.

Anónimo dijo...

grosso como siempre vanoli, aunque el título es un poco excesivamente marketinero para mi paladar neo-socialista-cristiano.
raúl taibo