La facultad de sociales de la UBA es un entorno singular. Aunque como esfera pública es mucho más interesante, por lo menos en términos cuantitativos, que el mercado de lectores de narrativa argentina o la gente que va a Niceto, al final todo (o casi todo) se sabe. Ayer, en un seminario intensivo de doctorado a cargo de una profesora italiana, un gordo legitimista, alumno de dicho doctorado gracias a sus oficios como lacayo de un funcionario kirchnerista enemigo de Betty Sarlo y de internet, se refirió a cierta anécdota relatada por mi amigo Diego Erlan en la revista Ñ. Según el gordo, Carlo Ginzburg me había dejado bien en claro que los blogs no sirven para nada.
No me interesa defender a los blogs. Pero se me ocurre que como “tema” son un indicador interesante para medir el grado de estrechez mental y patetismo de algunos pseudo intelectuales malos lectores de Heidegger (en sociales, citar a Heidegger te sube al menos dos puntos en cualquier monografía mediocre que no dice nada) que nos rodean. Tristes caciques de la nada, mandarines de cotillón. Igual ellos por lo menos viven de repetir clases, no como los cabeza de tacho que los siguen y los defienden en cualquier lado sin recibir nada tangible. Muchachos, lean cualquier librito medianamente serio sobre clientelismo y van a darse cuenta de que en el conourbano la gente es mucho más sagaz que ustedes. El gordo, por lo menos, debe tener una beca (o una promesa). Pero becas para todos no hay.
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2 comentarios:
the power V!
toda negación esconde una afirmación. Y el link a el interpretador cierra y abre bien.
10 en retorica, vanoli.
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