Bruzzone se va para atrás en el sillón, bastante grande, de almohadón esponjoso, y le quedan los pies como en el aire, como volando, que es lo que intenta hacer ese cuento; a lo Perseo: volar alrededor de la medusa, liviano, matar al bicho y no convertirse en piedra. Al lado, Tom Bresemann espera para leer la versión en alemán.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario