Como los editores estamos orgullosos como tía jacinta por este escritor así tan proclamado que apareció cerca de nosotros hasta aprendimos a postear en inglés y hacer títulos cosmopolitas y globalizados a ver si se nos pega algo del glamour literario de nuestra decena de autores (ya podrían invitarnos a una fiesta en Palermo llena de extrajeros que compren los libros en euros, no te digo a Inglaterra, ni te digo ofrecernos alguna traducción pero tampoco estaría mal, tenemos passports e ISBN al day además de autores re copantes).
"76
Félix Bruzzone
Tamarisco
144 págs. $ 29
Sin dejar de ser un primer libro de cuentos, el autor aporta cuotas de frescura a la narrativa argentina. En un tema delicado como la dictadura, brinda nuevas reflexiones que, en su novela Los topos (Mondadori), llega al delirio."
La cuestión es que la revista "de cultura masiva", la mismísima Ñ, menciona 76 como uno de SUS ELEGIDOS DEL AÑO en las últimas ediciones de esa revista en 2008 pero...
Mientras tanto...(diría Urman)
En la redacción de ADN Cultura...
María Eugenia García lee, prepara un cuestionario pero quizá también improvisa, frente a Bruzzone, para luego desgrabar, para luego editar, para luego publicar, esta entrevista aparecida en el segundo número del reciente 2009:
"Hasta hace poco, Félix Bruzzone sólo había publicado algunos relatos en antologías de escritores jóvenes. En 2008, con apenas unos meses de diferencia, publicó un libro de cuentos titulado 76 (en Tamarisco, editorial que el autor fundó junto con tres amigos y colegas) y luego la novela Los t opos (Mondadori), dos trabajos que le han dado visibilidad dentro de la generación de nuevos escritores y que han cosechado críticas elogiosas. Hechas de la misma materia prima, las historias de Bruzzone están atravesadas, de principio a fin, por un hecho imposible de eludir: nacido en 1976, Bruzzone es hijo de desaparecidos, condición que comparten todos los protagonistas de sus ficciones.
Bruzzone habla de Los t opos como de una extensión de 76 : "La novela iba a ser un cuento. Pero nunca me cerró y se terminó estirando. Es como una especie de bonus track de 76". Lo que comienza como una historia realista, sobre un chico que se muda con su abuela frente a la ESMA y sospecha que tiene un hermano nacido en cautiverio, continúa con las andanzas del personaje que rastrea su identidad por los lugares mas inverosímiles, en una suerte de road movie desesperada y delirante, llena de situaciones impredecibles. Aquello que en los relatos de 76 aparecía contenido, en Los t opos estalla. Los personajes del libro de cuentos también han crecido al calor de familias sustitutas y viven tratando de llenar el vacío y las ausencias que los habitan. Pero de 76 a Los t opos (una novela de iniciación que explora las consecuencias que los años de la dictadura proyectan en el presente) los protagonistas parecen pasar de niños a adultos ante los ojos del lector.
-¿Por qué parte de personajes con esas características?
-Siempre trato de arrancar poniendo sobre la mesa que el personaje principal es hijo de desaparecidos. Y lo hago para ser honesto, para evitar decir las cosas a medias, para escapar de metáforas de las que se ha abusado en la literatura sobre la dictadura. Como cuando se escribe "Pasaban los Falcon verdes", por ejemplo. Con esas imágenes tan obvias se pierde fuerza. Y se pierde capacidad de cuestionar, que me parece lo más importante respecto del tema de los desaparecidos. Porque aparece un Falcon verde y los que viajan adentro son por definición todos malos. Tengo la fantasía de escribir una novela con un torturador bueno. Creo que hay cuestiones previas a la constitución de una lucha política. En el Falcon verde viaja un tipo que tiene hijos. Me parece productivo escribir desde donde escribo porque el hijo de desaparecidos tiene algo muy previo, la situación de no tener padres. Siempre va a sentir ese hueco, ese no saber qué pasó, ese origen medio bastardo. Para escribir sobre esta experiencia no necesito investigar, porque la viví. Pero en mis relatos siempre termina interviniendo la ficción, que es lo que a mí me interesa al contar una historia. Uno nunca sabe dónde va a terminar, la historia ya es libre" Continúe leyendo...
Bruzzone habla de Los t opos como de una extensión de 76 : "La novela iba a ser un cuento. Pero nunca me cerró y se terminó estirando. Es como una especie de bonus track de 76". Lo que comienza como una historia realista, sobre un chico que se muda con su abuela frente a la ESMA y sospecha que tiene un hermano nacido en cautiverio, continúa con las andanzas del personaje que rastrea su identidad por los lugares mas inverosímiles, en una suerte de road movie desesperada y delirante, llena de situaciones impredecibles. Aquello que en los relatos de 76 aparecía contenido, en Los t opos estalla. Los personajes del libro de cuentos también han crecido al calor de familias sustitutas y viven tratando de llenar el vacío y las ausencias que los habitan. Pero de 76 a Los t opos (una novela de iniciación que explora las consecuencias que los años de la dictadura proyectan en el presente) los protagonistas parecen pasar de niños a adultos ante los ojos del lector.
-¿Por qué parte de personajes con esas características?
-Siempre trato de arrancar poniendo sobre la mesa que el personaje principal es hijo de desaparecidos. Y lo hago para ser honesto, para evitar decir las cosas a medias, para escapar de metáforas de las que se ha abusado en la literatura sobre la dictadura. Como cuando se escribe "Pasaban los Falcon verdes", por ejemplo. Con esas imágenes tan obvias se pierde fuerza. Y se pierde capacidad de cuestionar, que me parece lo más importante respecto del tema de los desaparecidos. Porque aparece un Falcon verde y los que viajan adentro son por definición todos malos. Tengo la fantasía de escribir una novela con un torturador bueno. Creo que hay cuestiones previas a la constitución de una lucha política. En el Falcon verde viaja un tipo que tiene hijos. Me parece productivo escribir desde donde escribo porque el hijo de desaparecidos tiene algo muy previo, la situación de no tener padres. Siempre va a sentir ese hueco, ese no saber qué pasó, ese origen medio bastardo. Para escribir sobre esta experiencia no necesito investigar, porque la viví. Pero en mis relatos siempre termina interviniendo la ficción, que es lo que a mí me interesa al contar una historia. Uno nunca sabe dónde va a terminar, la historia ya es libre" Continúe leyendo...
4 comentarios:
¿Para cuando más PDfs? ¿Se animarán a sacar el Bruzzone en PDF? Ojalá que se animen.
Besos y suerte,
Damián Ríos
epaaa qué desafío!!
amé tu libro: los domingos son para dormir!
me encantó!
que vengan más cuentos pronto!
Muchas gracias, Taparoja!
Muchos saludossss!!!!!!!
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