jueves

caramba, "no escatima"


Literales buenos augurios para el autor de Ravonne en este nuevo blog dedicado exclusivamente a reseñas

"Esta atractiva primera novela que no escatima en complejidades le augura a Julián Urman un futuro más que promisorio."

toda la reseña de
María Virginia Gallo, aquí

(ud, ¿ya adquirió la primer novela tamarisca?)

lunes

Felices los niños


Eugenia Zicavo leyó Ravonne y lo reseñó. Las gracias del equipo Tamarisco, y he aquí el delicioso fruto de su labor:

Aún cuando permanecen calladas, las personas hablan. Habla esa voz interna y silenciosa que corre al ritmo de los pensamientos, las obsesiones, los deseos inconfesos. El monólogo mudo de Ravonne es de los que pocos resistirían escuchar: el de un pedófilo que sueña con camas semivacías, sólo ocupadas por cuerpos pequeños, vulnerables, a punto de despertar en una pesadilla que lo tiene como verdugo. Ravonne supo ser animador de programas infantiles, el más querido por los chicos, al que le mandaban dibujos o chupetes hasta que sus historias de abuso de menores salieron a la luz.
Candelaria, su mujer de entonces, es una actriz de telenovela que pasado el escándalo de su separación volverá a la pantalla tras la noticia de un secuestro –el suyo propio, organizado por su representante– que involucrará a su ex marido como responsable. A Ravonne, quien después de una temporada en la cárcel puso una rotisería con su nombre, ese que alguna vez tuvieron las mascotas de los niños; el mismo que pasado el tiempo no parece incomodar a los clientes que llegan a su mostrador en busca de una milanesa caliente. Ni siquiera a la madre del chico discapacitado que trabaja con él haciendo mandados, del que Ravonne abusa en su propia casa, impregnado de olor a aceite recalentado.
Aunque la historia se desarrolla en torno al secuestro, Julián Urman construye un universo mucho más amplio donde cada personaje se muestra a cuentagotas a través de distintos registros narrativos. Entre el cúmulo de novedades, Ravonne es un poco de combustible suelto: una genial ópera prima que logra articular una historia mínima de manera compleja y a la vez efectiva. Con Ravonne, Urman construyó un personaje difícil de olvidar: de esos que perduran, de los que terminada la última página aún se los oye respirar.

Publicado en el Suplemento Cultural del diario Perfil (enero 2008)

viernes

"Pero lo que distingue a Objetos Maravillosos del registro de un diario es que el narrador prácticamente está ausente, o mejor dicho, dá la impresión de querer estar ausente.
Cuando el vendedor vende un anillo o un aro, vende una historia, algo que no se relaciona inmediatamente con el objeto; vende “Eleva tu glamour hasta las nubes”, “Brillitos embriagadores”, no vende anillos o no vende aros. En cada uno de sus objetos, Incadona hace notar la plusvalía, ese resto que no se vería ni siquiera si su objeto se rompiera con un martillo. Y esa plusvalía se parece a un mínimo relato, a una mínima muestra de literatura.
Así, lo que va pasando a través de Objetos Maravillosos, un libro que debería leerse en cualquier imagen que para uno represente el mito urbano, son mínimos esbozos de personajes, de anécdotas que Incardona cuenta y con las cuales parecería tener una relación de apropiación póstuma y no de experiencia presente. Melancolía de Villa Celina, melancolía de la banda del barrio, melancolía que estalla cuando Incardona le cuenta a un amigo de la infancia los cuentos que lo tienen como protagonista central."


Objetos maravillosos en un Mundo Playmóvil

lunes

breve


(...)

4)
La marca del milagro de Damián Terrasa (una agradable sorpresa. Llena de giros pop a veces...

gracias Rufián Melancólico. Ojalá su comentario atraiga a miles de lectores hacia esa maravillosa novela.


Torcuato Cyber



Estoy en un locutorio de Torcuato. Consigo máquina en el tercer intento después de deambular casi media hora por la 202, el auto en segunda, las estaciones de servicio sin playeros a la vista. Hacen casi treinta grados pero igual tengo las ventanillas cerradas y las palmeras del boulevard se agitan y de pronto parece que va a llover. Abro el explorer y cuando quiero ir a una página salta el filtro anti-porno. Le pido al pibe de la caja que lo saque. Más tarde entro al blog de Terra y leo su poema sobre escritores de izquierda / de derecha. Me parece extraordinario. Oportuno. Un poco de sal, cuando tanta gente que leyó tres blogs en su vida repite en el vacío los lugares comunes del conservadurismo académico. Cuando los periodistas culturales no saben que decir y terminan enroscados en la tibieza que les pide el oficio.
Los "escritores - escritores" mucho no me interesan, y todavía menos conocerlos personalmente. Pero se me ocurre que la gran mayoría de los aspirantes a escritores que conozco no son de izquierda ni de derecha. Más bien son gente narcisista que toma demasiada cerveza y se resiste a madurar. Que no sabe bien donde va a estar dentro de seis meses y por lo general tiene un respeto religioso por las grandes editoriales y sus posibles 300 lectores que también escriben. Todos. Yo, los de derecha, los de izquierda.