Seattle
Vas caminando por la calle y se te mojan los zapatos. Mirás hacia arriba y hay edificios levantándose, pero ninguno se parece a la Space Needle. No importa. No dejes que te desanimen. Seguí tres cuadras más, justo cuando se abra la plaza. Parate ahí y mirá el horizonte. Del otro lado del río: la última barda. Recordá esa canción, esa canción, y ahora levantá tu cara al cielo y dejá que las gotas caigan dentro de tu boca. Volvé a tu casa. Sacá del cajón esa vieja camisa leñadora que nunca te volviste a poner. Escribí una canción triste que hable de vos. Y escribile otra a una mujer que perdiste. Acurrucate en la cama. Llegaste a Seattle.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario