martes

Todo todo todo

para evidenciar que,
después de todo,
el marxismo
ya no le importa
a nadie.


Y lo mismo para casi cualquier tipo de utopía.

lunes

¿El marxismo fue la última eutopia (en criollo: utopía positiva)?

Cuento de hadas contemporáneo
Pigtopía
Autor: Kitty Fitzerald
Género: novela
Otras obras del autor: Small acts of treachery; Snapdragons; Marge
Editorial: Mondadori, $ 28


¿Cómo lograr que el lugar común no se convierta en tedio, en mera repetición vacía de sentido? ¿Cómo trabajar las expectativas del lector cuando todo en el texto resuena, sin crear una parodia? La irlandesa Kitty Fitzerald coquetea con el cliché para construir una fábula moderna en clave realista; un cuento de hadas contemporáneo que toma la tradición del género en su primera época, cuando estaba dirigido a los adultos. En esta novela hay dolor, muerte y crueldades explícitas.
Jack Plum –el monstruo– es deforme y, a pesar de sus dificultades para hablar, se revela, desde luego, inteligente y sensible. Su madre –la bruja– una mujer resentida y alcohólica lo hostiga constantemente, llamándolo "niñocerdo". Plum se asume como tal y, en soledad, construye un refugio y un lenguaje bucólicos para criar cerdos. Cuando conoce a Holly Lock, la típica adolescente que no se integra a los grupos de su edad, no le divierte salir, tratar con chicos ni maquillarse, se unen y comparten el secreto de Pigtopía. Ella también tendrá su opuesto: una suerte de amiga-hermanastra bella pero mala, que entra en acción para complicar la frágil felicidad de los protagonistas.
La visión de Fitzgerald, aunque moral, no reduce los caracteres a estructuras lineales. No hay aquí buenos ni malos. Así, la novela se desprende de lo más anacrónico de la tradición que recrea para profundizar en los dramas familiares. También relato de iniciación, cada acción tendrá su reverso, habrá oportunidades para comprender los actos más terribles, tejidos en la modulación narrativa que va desde las fantasías de Jack –su intuitiva piara, su bosque encantado y sus invocaciones rituales– a las conductas sociales más reconocibles: la increpación implícita del monstruo puede leerse en clave política, el estigma social como responsabilidad comunitaria, la exclusión como condición de necesidad del poder.
La asociación fácil suele señalar un guiño a Orwell y su Rebelión en la granja. Pero mientras la literatura del siglo XX está impregnada de distopías, el planteo de Fitzgerald propone al mundo ideal como un mundo mejor. Como una marca crítica de época, Pigtopía es, sobre todo, una utopía personal que señala el abismo entre marginación e integración, contada de manera ágil y entretenida.
Publicada en Cultura de Perfil el domingo 29 de octubre de 2006

martes

Mañana

Los Mudos
www.losmudos.blogspot.com
ciclolosmudos@gmail.com

organiza
Funes
organiza

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Miércoles
25 de octubre
20.30 hs
(empieza puntual)
Bar
El Tano de Arriba
Av. Díaz Vélez 4492
esq. Río de Janeiro
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Marina Kogan
Natalia Moret
Paula Oyarzábal
[lecturas]

Facundo Palazzolo
[guitarra]

Funes lee al comienzo
Félix Bruzzone
el cuento
"Otras fotos de mamá"
del libro
Hojas de Tamarisco
Editorial Tamarisco

Sorteamos
5 discos
3 o 4 libros
revistas
2 litros de cerveza

sábado

Tamarisco retraduce

“Estamos hablando de analizar películas como unos críticos hijos de puta, cuando ni nosotros ni ninguno de los pelotudos que nos dan clases tuvimos nunca una cámara entre manos. Lo único que nos enseñan es a quejarnos o a lamerle el culo a gente que tiene los huevos de mover el culo y ponerse a hacer algo. Es para lo único que sirven las licenciaturas en arte: para fabricar otra manga de zánganos.”

Noto una sensación de desaliento. De forma intencionada o no, este chabón es un provocador. Nos ofreció un vistazo de algo hermoso, y ahora nos manda de vuelta a estudiantelandia.

“Si decís eso”, replica Lauren irritada, aunque aliviada al ver que la expresión afectiva de Rab no llegó más lejos, “significa que estás de acuerdo con el paradigma thatcherista del menosprecio de las artes y convertirlo todo en formación profesional. Si te olvidás de la idea del valor intrínseco del conocimiento, entonces te cagás cualquier análisis crítico de lo que pasa en la socie…”

“No, no…”, protesta Rab, “lo que quiero decir es…”

Y así siguen, dale que dale, combatiendo sin tregua, haciendo sparring intelectual y diciéndose a sí mismos que no discrepan en lo fundamental cuando entre sus posiciones existe un abismo, y cuando no discutiendo salvajemente por minúsculas y pedantes cuestiones de matiz. En otras palabras, comportándose como unos putos estudiantes totales.

Odio esta clase de discusiones, más que nada entre un hombre y una mujer, y en especial cuando uno de ellos acaba de histeriquearle al otro de esa forma. Me dan ganas de gritarles en la cara: DEJEN DE BUSCAR MOTIVOS PARA NO IR A ECHARSE UN PUTO POLVO.

Diálogo entre Nikki, Rab y Lauren en Porno, de Irvine Welsh.

jueves

Convocamos


Que cada uno diga qué imagenes pensamientos o ideas le sugiere esta imagen tomada por el fotógrafo colombiano Leo Matiz. Sin repetir y sin soplar, comenzando ya:

sábado

diplomacia malicia


En el texto Ay, mi estimado señor, Vila Matas habla de rechazos editoriales conocidos (es decir, de autores hoy conocidos) y de los otros.

Así dice una revista china: “Hemos leído con indescriptible entusiasmo su manuscrito. Si lo publicamos, será imposible para nosotros publicar cualquier trabajo de menor nivel. Y como es impensable que en los próximos mil años veamos algo que supere al suyo, nos vemos obligados, por nuestra desgracia, a devolverle su divina composición y a rogarle mil veces que pase por alto nuestra miopía y timidez”


Con esto me despido, compañeros, por unos días. ¡Salud a los escritores y editores del mundo tamarisco! (Lean lindo sin mí)

martes

Funes nos lee en público

Miércoles 11 de octubre
20.30 hs(empieza puntual)
lecturas Los mudos
www.losmudos.blogspot.com
ciclolosmudos@gmail.com

Bar El Tano de Arriba
Av. Díaz Vélez 4492 esq. Río de Janeiro

Leen
Celia Dosio/Edgardo Scott/Super Loyds/Leonor Silvestri

Música
Facundo Palazzolo
[guitarra]

Arte plástico
Veronique[la suiza]

Funes sortea:5 discos 2 litros de cerveza3 o 4 libros que los participantes nos regalen (entre esos habrá de los nuestros)

Funes lee a:
Sonia Budassi, el cuento Acto de Fe del libro Hojas de Tamarisco de Editorial Tamarisco

¡¡¡¡VENGANSEN!!!

miércoles

Más que humano (éste es un buen título)

El prejuicio es condición de posibilidad de ciertas buenas experiencias. En una época en que estaba interesada en personajes psicóticos y subnormales, una compañera de la universidad me dijo que tenía que leer Más que humano. El título estaba bien, pero lo que sabía de Sturgeon no me seducía en lo más mínimo. En un decálogo –las reglas del arte suelen ser innecesarias y, por eso, inútiles–el escritor había dicho algo bastante cierto: "El noventa por ciento de todo es basura". Luego le robaba a Poe al decir "Nada es lo que parece". La colección en la que estaba inmerso –Ciencia Ficción, Minotauro– completaba un panorama poco estimulante.¿La ciencia ficción no es acaso para adolescentes aburridos? (el prejuicio suele ser precedido por la ignorancia). Pero como también se lee para combatir, lo empecé con la certeza de que lo devolvería sin haberlo terminado –y orgullosa de haberlo previsto.
Cuando esperaba encontrar naves espaciales, alienígenas, y ciudades sobre el aire encontré escenarios –rurales, urbanos– y personajes que tenían la densidad de lo real y, al mismo tiempo, mucho de freaks: un idiota que duerme sobre charcos, niñas incapaces de conocer otros seres humanos, un niño menospreciado por sus conocimientos de mecánica. No es posible situar la historia en una época precisa: el universo Sturgeon es el de la extrañeza y la indeterminación. Mis prejucios cedieron (humillados): el problema no era de maquinaria ni de aventuras; había un planteo sobre la "condición humana". La frase, lo admito, puede sonar hueca, pero no es el caso. Explicarlo tampoco tiene sentido: en el libro los estímulos narrativos se mueven de manera sorprendente; la lectura puede ser política y también moral. Y el final –cuando hace tiempo se habla de quebrar las expectativas del lector– tiene un tono optimista que no trivializa los planteos de la obra. ¿Quién dijo acaso que los finales –potencialemente– felices sólo son aptos para estúpidos cuentos de hadas?